Me llamo Rocío Aragoneses

La primera vez que cogí un pincel de cerámica fue con 5 años y siempre supe que me dedicaría a algo que tuviera que ver con el mundillo. Mi abuelo, que es el que fundó el laboratorio, siempre nos decía: «¡Menos mal que no me dió por hacer botijos que sino… estaríais todos haciendo botijos»

Para los que hablamos «dienting» (término de mi colega Primitivo Roig) nos gusta mucho ver, leer, escuchar y respirar la odontología. Aunque los demás no lo crean, lo consideramos un modo de vida, más que un trabajo. ¡Claro que nos quejamos y nos estresa este «trabajo»! Pero cuando llegamos a casa… seguimos y seguimos hablando de casos, dientes, prótesis, clínicas… ¿a qué si?

Los últimos años me he dedicado en cuerpo y alma al laboratorio Aragoneses Centro Protésico Dental del que recibí el testigo de mi madre y, aunque asusta un poco llevar definitivamente la dirección general, soy muy «echá palante».

Esto es mi vida… ¡profesional claro! Tengo una vida paralela con amigos, familia y esas cosas normales… donde mis dos hijos son siempre lo primero. Casi todos estos, son del sector y al final las quedadas se convierten en una tertulia dental…

Entre unas cosas y otras llevo en el laboratorio desde los 16 años y he pasado por casi todas las secciones. Y aunque últimamente me dedico más a la dirección, no quiere decir que vea menos prótesis; casi te diría que ahora tengo una mayor perspectiva. Los trabajos que me llegan, son los que generan más dudas y como soy yo la que dice la «última palabra», ya empiezo a saber «de que pie cojeáis».

¿Por qué este blog?

Porque una friki de los piños como yo, no se puede callar, porque tengo mucha miga de donde sacar, porque siento el sector como algo personal. Quiero contaros todo lo que descubra, lo que aprenda, lo que pueda frikear por ahí y todo lo que se habla en mi circulo sobre prótesis dentales, clínicas, casos reales, materiales, cosillas de antaño y sobre lo que está por venir o lo que ya ha venido pero deberíamos ponerlo en duda…

¿Me acompañas?